Defectos de fábrica, muestra realizada junto a Leopoldo Estol en la Galería Cecilia Caballero arte contemporáneo, 2013. En ella se podían observar obras de los dos artistas, en un juego en donde ambos hacían de ser otros. Ella una diseñadora textil, que pintaba por las noches y él un cartonero inventor.
No es la sola carencia de una cualidad o posesión, tampoco el grado siempre limitado e imperfecto de lo que ella hace. Una diseñadora textil que mientras trabaja piensa en el tiempo transcurrido, en el propósito y el sentido que guarda su hacer. Trabaja y trabaja, algo siempre sale mal. El defecto de fábrica como la cualidad de cuestionarse, empezar el cambio, aunque en apariencia se realice la misma acción metódicamente y esa fuga, lo que salió mal, se cuela en su minucioso registro. Aparece el otro personaje que la asusta mientras ella se pincha un dedo. ¡Auch! Viene de la villa, completamente ahumado, inventor cartonero, rescata de la calle lo que puede y va construyendo algo que no sabe si es útil, ni siquiera si le va a dar de comer. Cuando el público llega la diseñadora se apresura y lo esconde entre bambalinas. “¡Inventor!” le dice “¡¡Ya es la hora de la inauguración!!”